PrÁcticas colaborativas
y Diálogicas en tiempos
de crisis

Las prácticas colaborativas surgen del trabajo de Harold Gollishian y Harlene Anderson quienes
centran su intervenciones en una postura de no saber, de respeto y humildad por el otro, donde
el terapeuta o facilitador es experto en realizar preguntas y afirmaciones y el consultante el
experto en su vida.
Lo central es entrar en una espacio de respeto donde se escucha atentamente lo que el
consultante quiere compartir y la respuesta activa de la escucha oída es crucial en mantener una
interacción que fomente el diálogo entrando en un sentido de mutualidad y respeto genuino por
el otro.
La incertidumbre nos lleva a centrarnos sin apreciaciones a priori al otro, soltando las
probabilidad o las posturas con visión de futuro, para estar en el presente interactuando con
interés en lo que ocurre al otro en una actividad conjunta, dinámica y generativa que abre nuevas
alternativas posibles.