La creencia del ser humano de que tenemos todo bajo control, nos lleva a una sensación de seguridad y tranquilidad, sin embargo vivimos en una ilusión de control, pues el control del devenir no es posible. La vida es un constante ir y venir, si hay algo cierto es que todo se transforma y cambia constantemente, la leyes de la física que operan en nuestro planeta nos mantienen en un movimiento constante que va del desodern al orden y viceversa.
La angustia en el ser humano aparece como un sentimiento anticipatorio que nos lleva a centrarnos en el futuro, en un futuro que a veces sentimos como catastrófico y doloroso.
La realidad pandemica nos muestra que estamos enfrentados a la muerte, todos somos sujetos de posible contagio. La complejidad de la enfermedad, nos lleva a cuestionar la vida nuevamente, y tal vez aprender que lo único que tenemos hoy es la posibilidad de estar en el presente.
En el confinamiento de la casa surgen emociones y que nos hacen sentir un ir y venir de pensamientos fluctuantes que no sabemos a donde nos llevarán. Por ello aceptar la tolerancia a la incertidumbre, implica reconocer que estamos viviendo el presente de modo de dejar de intentar controlar la vida de todos y la nuestra por cierto.
Byung-Chul Han (2017), Filósofo y escritor nos recuerda que estamos obligados a convivir con la incertidumbre. Y la incertidumbre es el detonante directo de la angustia emocional.
Byung Chul Han (2017), sostiene que vivimos en la sociedad del rendimiento, donde aparece la noción de poder. Los deberes y las leyes, son reeemplazados por un control interno de poder, de agenciarse, ser capz de, asi surgen proyectos, inciativas, emprendedores. Es decir, desde el locus externo y puntivo de la antigüedad a la autoexigencia.
Soy mi propio amo, existe una autoexplotación, entramos en una libertad paradójica, hago y hago y creo que todo lo puedo hacer. Por tanto, estamos sometidos a excesos de estimulos, multitareas, escasa tolerancia al vacío.
Cuando la atención se dispersa, se dificulta la contemplación que es una facultad del espiritu humano. Por eso el multitask o multitareas, para algunos pensadores, sería una regresión a instancias más primitivas de la humanidad. Que deja escasa posibilidad “para hacer nada”. El dejarse estar, que algunas personas asocian al aburrimiento es una actitud humana que cuando es bien tolerada encuentra una disposición para creatividad. Dejemos espacio a la contemplación, a la creatividad, y a la incertidumbre.
Marcela Arratia Marzolo